Poco falta para el inicio de la cumbre anual del G8, el grupo de los ocho países más ricos del mundo, del cual participan Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Canadá, Francia, Japón, Italia y Rusia, que se realizara en Gleneagles, Escocia. Las principales temáticas a ser tratadas, y que hoy ocupan de manera masiva a la opinión pública, son la lucha contra el hambre y la pobreza, y el calentamiento global.
En una entrevista reciente, concedida por el presidente norteamericano, George W. Bush, a una cadena británica, dejo caer previamente una luz sombría sobre el segundo tema, el que tambien ha tratado de eludir por todos los medios.
Quien deberá verse enfrentado al mayor dilema en la ocasión será el primer ministro británico Tony Blair, puesto que deberá buscar la forma mas adecuada de presentar el tema del calentamiento global en la cumbre. La gran pregunta de estos días gira entorno a: ¿Dejará al escéptico Estados Unidos a un lado para asegurar un acuerdo entre los otros líderes?
Blair ha convertido al cambio climático en un tema clave de la presidencia de Gran Bretaña del G-8, describiéndolo como "probablemente la amenaza más grave que enfrentamos", el primer ministro británico buscara lograr un acuerdo entre los líderes de los ocho países más industrializados del mundo sobre la amenaza científica que representa el calentamiento global y la necesidad urgente de tomar medidas.
El presidente estadounidense George W. Bush, por su parte, admitió su preocupación sobre el cambio climático, describiéndolo solo como un asunto "importante". Sin embargo, pidió que el debate cambie de enfoque y en lugar de concentrarse en las emisiones de gases invernadero, se focalice en nuevas tecnologías que podrían reducir el daño ambiental sin restringir el uso energético.
El presidente francés Jacques Chirac pidió que la declaración sobre el tema incluya una mención específica al Protocolo de Kioto, que entró en vigencia en febrero y obliga a las naciones industrializadas que lo sellaron a reducir sus emisiones combinadas de gases invernadero un 5,2% con respecto a los niveles de 1990, para el año 2012. Estados Unidos no ha ratificado el protocolo y Bush dejó en claro en la entrevista que no lo hará ni firmará ninguna iniciativa que limite las emisiones de gases.
En mi opinión, las expectativas de un acuerdo unánime y fuerte son muy bajas, puesto que es muy difícil que George Bush cambie su postura frente al tema. Lo fundamental, es que lo anterior no impida que los otros líderes del G-8 si lo hagan, no hacerlo les significaría retroceder con respecto a lo que ya han logrado hasta ahora.
Yo espero que los líderes del G8 hagan sus mayores esfuerzos para contribuir al bienestar de todos los seres humanos y el planeta, así como para el establecimiento de un compromiso con los necesitados. Si tienen éxito, el beneficio es para todos, lamentablemente si no lo tienen los perjudicados también seremos todos.
Quien deberá verse enfrentado al mayor dilema en la ocasión será el primer ministro británico Tony Blair, puesto que deberá buscar la forma mas adecuada de presentar el tema del calentamiento global en la cumbre. La gran pregunta de estos días gira entorno a: ¿Dejará al escéptico Estados Unidos a un lado para asegurar un acuerdo entre los otros líderes?
Blair ha convertido al cambio climático en un tema clave de la presidencia de Gran Bretaña del G-8, describiéndolo como "probablemente la amenaza más grave que enfrentamos", el primer ministro británico buscara lograr un acuerdo entre los líderes de los ocho países más industrializados del mundo sobre la amenaza científica que representa el calentamiento global y la necesidad urgente de tomar medidas.
El presidente estadounidense George W. Bush, por su parte, admitió su preocupación sobre el cambio climático, describiéndolo solo como un asunto "importante". Sin embargo, pidió que el debate cambie de enfoque y en lugar de concentrarse en las emisiones de gases invernadero, se focalice en nuevas tecnologías que podrían reducir el daño ambiental sin restringir el uso energético.
El presidente francés Jacques Chirac pidió que la declaración sobre el tema incluya una mención específica al Protocolo de Kioto, que entró en vigencia en febrero y obliga a las naciones industrializadas que lo sellaron a reducir sus emisiones combinadas de gases invernadero un 5,2% con respecto a los niveles de 1990, para el año 2012. Estados Unidos no ha ratificado el protocolo y Bush dejó en claro en la entrevista que no lo hará ni firmará ninguna iniciativa que limite las emisiones de gases.
En mi opinión, las expectativas de un acuerdo unánime y fuerte son muy bajas, puesto que es muy difícil que George Bush cambie su postura frente al tema. Lo fundamental, es que lo anterior no impida que los otros líderes del G-8 si lo hagan, no hacerlo les significaría retroceder con respecto a lo que ya han logrado hasta ahora.
Yo espero que los líderes del G8 hagan sus mayores esfuerzos para contribuir al bienestar de todos los seres humanos y el planeta, así como para el establecimiento de un compromiso con los necesitados. Si tienen éxito, el beneficio es para todos, lamentablemente si no lo tienen los perjudicados también seremos todos.
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