
Una de las tendencias que debemos enfrentar con urgencia y persistencia es el debilitamiento del espacio publico, espacio donde descubrimos nuestro tiempo y lugar, el sentido pleno de nuestra existencia.
Algo pasa actualmente con nuestra capacidad para dialogar y entendernos. Son varios los acontecimientos a nivel local y mundial que me muestran cierta incapacidad de variados actores políticos, sociales y religiosos para hacer valer sus ideas a través del dialogo y el acuerdo. Diversos actos que van desde el terrorismo hasta la violencia intrafamiliar me ponene en evidencia esta grave situación.
El individualismo debilita el espacio publico. La escasa participación en los asuntos públicos, la falta de identidad cívica y la dificultad de converger en proyectos comunes, desde mi perspectiva, hace que cualquier avance en materias de interés nacional quede en peligro
Si no tomamos conciencia de la necesidad de cambiar esto, nos será difícil enfrentar el nuevo mundo con éxito. Ante un potencial escenario de fuerte conflictividad, debemos plantear cuales son las alternativas que deben generarse. Se requiere de respuestas rápidas y de accionar unidos, y yo estoy convencido de que lo podemos hacer.
Nuestra respuesta debe centrarse en recuperar el espacio publico a través de la vocación política del ser humano, por medio de la revitalización y reconducción del sentido mas profundo de la política. El primer elemento que creo debe considerarse para fortalecer el espacio publico, es el hecho de que nosotros, las personas, tenemos una posición fundamental frente a la sociedad. La acción corresponde a la condición humana de la pluralidad, al hecho de que vivamos en el mundo, es la dimensión donde se expresa de mejor manera nuestra naturaleza política, con capacidad de dialogo y discusión. Podemos entablar una narración y construir una historia. Narración e historia que pueden ser compartidas.
Segundo, normalmente nos movemos en dos esferas: la privada y la publica. La esfera publica la constituye el espacio común, un espacio de encuentro y unidad. Debemos entender que es en esta donde expresamos nuestra singularidad y completamos nuestra existencia. No estamos desligados ni del tiempo ni del espacio. Nuestro significado de la vida solo puede descubrirse en el encuentro con los demás. Tenemos que superar la dicotomía vida privada- vida publica, valorando tanto la individualidad como la autonomía, pero también nuestra dimensión social, en la cual somos capaces de salir de nosotros mismos, superando nuestro propio mundo, donde reconozcamos a otros como iguales, y dialoguemos con ellos, acrecentando el espacio publico.
Por ultimo, solo si somos capaces de entender el significado que tiene el espacio publico para nosotros, nos constituiremos en auténticos ciudadanos con capacidad de construir comunidades, de reconocer una historia y de construir un proyecto.
Ahora es el momento de salir de nosotros mismos, arrancándonos de nuestro encierro en la individualidad, para construir espacios de encuentro. Si lo hacemos no habrá un ámbito publico de simple intercambio de intereses, con atomización y desvinculación. Si lo hacemos ganara nuestra vida publica y será imposible que se generen movimientos manipuladores que atenten contra la individualidad, sentido de vida y la libertad.
Algo pasa actualmente con nuestra capacidad para dialogar y entendernos. Son varios los acontecimientos a nivel local y mundial que me muestran cierta incapacidad de variados actores políticos, sociales y religiosos para hacer valer sus ideas a través del dialogo y el acuerdo. Diversos actos que van desde el terrorismo hasta la violencia intrafamiliar me ponene en evidencia esta grave situación.
El individualismo debilita el espacio publico. La escasa participación en los asuntos públicos, la falta de identidad cívica y la dificultad de converger en proyectos comunes, desde mi perspectiva, hace que cualquier avance en materias de interés nacional quede en peligro
Si no tomamos conciencia de la necesidad de cambiar esto, nos será difícil enfrentar el nuevo mundo con éxito. Ante un potencial escenario de fuerte conflictividad, debemos plantear cuales son las alternativas que deben generarse. Se requiere de respuestas rápidas y de accionar unidos, y yo estoy convencido de que lo podemos hacer.
Nuestra respuesta debe centrarse en recuperar el espacio publico a través de la vocación política del ser humano, por medio de la revitalización y reconducción del sentido mas profundo de la política. El primer elemento que creo debe considerarse para fortalecer el espacio publico, es el hecho de que nosotros, las personas, tenemos una posición fundamental frente a la sociedad. La acción corresponde a la condición humana de la pluralidad, al hecho de que vivamos en el mundo, es la dimensión donde se expresa de mejor manera nuestra naturaleza política, con capacidad de dialogo y discusión. Podemos entablar una narración y construir una historia. Narración e historia que pueden ser compartidas.
Segundo, normalmente nos movemos en dos esferas: la privada y la publica. La esfera publica la constituye el espacio común, un espacio de encuentro y unidad. Debemos entender que es en esta donde expresamos nuestra singularidad y completamos nuestra existencia. No estamos desligados ni del tiempo ni del espacio. Nuestro significado de la vida solo puede descubrirse en el encuentro con los demás. Tenemos que superar la dicotomía vida privada- vida publica, valorando tanto la individualidad como la autonomía, pero también nuestra dimensión social, en la cual somos capaces de salir de nosotros mismos, superando nuestro propio mundo, donde reconozcamos a otros como iguales, y dialoguemos con ellos, acrecentando el espacio publico.
Por ultimo, solo si somos capaces de entender el significado que tiene el espacio publico para nosotros, nos constituiremos en auténticos ciudadanos con capacidad de construir comunidades, de reconocer una historia y de construir un proyecto.
Ahora es el momento de salir de nosotros mismos, arrancándonos de nuestro encierro en la individualidad, para construir espacios de encuentro. Si lo hacemos no habrá un ámbito publico de simple intercambio de intereses, con atomización y desvinculación. Si lo hacemos ganara nuestra vida publica y será imposible que se generen movimientos manipuladores que atenten contra la individualidad, sentido de vida y la libertad.
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