miércoles, 25 de octubre de 2006

Se llama Parisa, fue obligada a prostituirse por su marido y está condenada a lapidación por adulterio

"Siete mujeres corren riesgo de ejecución por lapidación en Irán". Así comienza la carta que Amnistía Internacional espera que firme el mayor número posible de internautas urgentemente. Después, la ONG enviará las rúbricas al líder de la República Islámica de Irán para que conmute la condena a estas mujeres. La organización defensora de los derechos humanos explica que "el país islámico trata el adulterio como un delito castigado con la pena de muerte por lapidación -según recoge el artículo 83 de su Código Penal- violando el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que garantiza el derecho a la vida y prohíbe la tortura". En la campaña lanzada por la ONG se intenta frenar la muerte de Parisa, Iran, Khayrieh, Shamameh, Kobra, Soghra y Fatemeh, que "han sido injustamente condenadas a la pena más cruel, inhumana y degradante, la de la pena de muerte".

La víctima condenada a morir lapidada es envuelta en una sábana blanca y enterrada hasta la cintura o el cuello para sufrir una muerte lenta y dolorosa mientras es apedreada con piedras no excesivamente grandes -como exige la ley islámica-, para evitar la muerte con el primer golpe. La ley islámica deja clara su postura en cuanto a las relaciones extramatrimoniales y los castigos que se aplican, sobre todo en el caso de las mujeres, las principales víctimas. Cuatro testigos deben descubrir a la pareja en el acto y denunciarlo. En muchos casos, si ambos adúlteros están casados, son ejecutados en público; si están solteros, cada uno recibe cerca de un centernar de latigazos.

Una de estas mujeres sera Parisa, ejerció la prostitución hasta abril de 2004. Fue por eso por lo que fue detenida en Shiraz, ciudad del sur de Irán. Ella se prostituía - defendió entonces - obligada por su marido y por la miserable situación en la que vivía.

Más de dos años después de su detención, Parisa continúa detenida en la prisión de Adelabad de Shiraz. Está acusada de adulterio. La pena: lapidación.


Acción contra la lapidación

La recogida de firmas ha colapsado la web habilitada por AI (la ONG ofrece un acceso alternativo) debido a la gran afluencia de internautas dispuestos a unirse a la condena internacional de las ejecuciones por lapidación.

Según los datos de AI, ha sido el año 2006, con el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad en la presidencia, el que ha vivido precisamente la vuelta de las lapidaciones en Irán tras una moratotia de cuatro años.

AI ha recogido ya cerca de 200.000 firmas. Los casos de las dos nigerianas Amina Lawal y Safiya Husaini (sortearon la pena tras sendas campañas internacionales de condena) animan a continuar.

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