
Enrique Dans en su blog nos cuenta sobre su ultima columna en el Diario Expansión de España la cual titulo “La tecnología que viene”. Según sus propias palabras, es una visión pesimista y realista de respecto a los avances tecnológicos que se vienen, y respecto a estos señala: “bajo promesas tales como el video en alta definición o la reproducción de música en el teléfono móvil esconden en realidad limitaciones para el cliente y retirada de derechos y posibilidades que ya teníamos en nuestras manos”.
Acá esta completo este interesante artículo que nos da una visión acerca de nuestro futuro tecnológico
"La tecnología que viene"
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"La tecnología que viene"
Un título de columna así debería ser ilusionante. Debería hacernos soñar con maravillas inimaginables, con delicias que la tecnología será capaz de ofrecernos en un futuro, promesas de libertad, independencia de tiempo y espacio, eliminación de barreras y restricciones… Sin embargo, esta columna no es ilusionante u optimista. Es pesimista, casi existencial, un grito resignado de quienes no quieren perder la libertad que ya habían conquistado gracias a la evolución reciente de la tecnología.
Verán, durante varios años, dicha evolución de la tecnología nos ha llevado en esa dirección. Nos ha hecho cada vez más libres, nos ha permitido acceder a obras culturales que antes eran de acceso restringido, nos ha hecho capaces de visitar museos, bibliotecas y salas de concierto en un golpe de ratón. Hemos conseguido el sueño de que casi toda la información estuviese disponible desde un solo sitio, con una facilidad de localización y acceso nunca vista hasta el momento. Hemos puesto en pie la mayor red de difusión cultural de la historia de la humanidad. Y eso era únicamente un comienzo, una buena manera de ver hasta dónde podríamos llegar.
Pero volvamos a la realidad: la semana pasada, algunos clientes de la operadora norteamericana de telefonía Verizon se encontraron con una desagradable sorpresa: aquellos que decidieron seguir la recomendación de su proveedor y actualizar el software de su teléfono móvil, obtuvieron a cambio un producto de funcionalidades recortadas, que les impedía hacer cosas que antes sí podían hacer. Antes de la actualización, podían reproducir archivos MP3 en sus teléfonos. Después de llevarla a cabo, no. Así de sencillo. Algo vendido como una ventaja para ellos era, en realidad, un recorte de posibilidades, una restricción, una retirada de derechos a clientes que habían pagado por su producto y habían confiado en las recomendaciones de una empresa.
Si tienes una PlayStation Portable (PSP) de Sony, por ejemplo, tendrás suerte si es de alguna de las primeras series: su software permitía instalar cualquier tipo de programa para hacer cualquier cosa que la tecnología descubriese que el dispositivo podía hacer. Si la compras ahora o la actualizas, olvídate. La PSP ya sólo puede recibir programas si están firmados y autorizados por su fabricante. Lo demás, no vale. Se acabó lo que se daba. Y así, mil cosas más. Cómprese un disco de Coldplay: se encontrará con que no puede reproducirlo en casi ningún dispositivo, porque la discográfica opina que eso sería dar facilidades a aquellos que lo quieran copiar.
Muchísimas innovaciones que vienen son, en realidad, monstruosas e inaceptables limitaciones impuestas unilateralmente a los clientes por presiones de fabricantes y creadores de contenidos. Tras HD-DVD, Blu-Ray, Microsoft Media Center Edition y cosas afines se ocultan, en realidad, formas de conseguir que una serie de “clientes díscolos” que “se habían desmandado” vuelvan al redil. ¿Alta definición en su televisor? Sólo si demuestra que lo que pretende ver es de un origen determinado, y si admite que el dispositivo esté permanentemente conectado a Internet, informando de lo que usted haga y amenazando con desconectarse (y quien sabe si con avisar a la policía) si pretende usted pasarse de la raya. Estamos dejando que gente que quiere perdurar modelos de negocio caducos, en abierta connivencia con nuestros legisladores, manejen las expectativas de progreso e innovación de la humanidad, que cercenen el modelo de desarrollo tecnológico que tan bien estaba funcionando hasta ahora. Mucho cuidado: 2006 es un año clave. Y por el momento, esto no va por buen camino.
2 comentarios:
Best regards from NY! » » »
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