
El 21 de mayo es una fiesta para el pueblo de Chile y en particular para mi ciudad Iquique. En este día conmemoramos el Combate Naval de Iquique, desarrollado en uno de los principales escenarios de la Guerra del Pacífico (1879-1883): el mar.
El recuerdo del Combate Naval de Iquique reúne el interés de grandes y chicos. Actos heroicos y valores patrios sorprenden a los escolares. En Iquique, el desfile, los paseos a la Boya y al marinero desconocido, el asado familiar, el mar, el cerro imponente y los colores del cielo, concitan la atención de la familia en general .
Los retratos inmortalizarán la conmemoración que año a año se realiza de distintas formas en todos los establecimientos educacionales mi ciudad y del resto del país. Porque todos nosotros aprendimos que con la llegada del mes de mayo comienzan los preparativos del "Mes del Mar", que son la antesala para la celebración de las Glorias Navales, donde recordamos el gesto heroico de Arturo Prat. El 21 de mayo es un feriado que junto a Fiestas Patrias es uno de los más representativos de nuestro calendario. Durante su anticipada preparación, los colegiales se desviven recortando las imágenes de la Esmeralda, dibujando la bandera patria, imaginando la lucha del combate o recitando el clásico: "Al abordaje muchachos....".
En realidad, el 21 de mayo no es una fecha para celebrar, sino más bien para conmemorar a una de las más sangrientas batallas que la Armada de Chile habría de librar contra la Confederación Peruana-Boliviana en el marco de la Guerra del Pacífico. Aquella fue una de las pocas contiendas donde nuestro país se vio derrotado y en la que perdieron la vida 150 hombres. Es por ello que se trata de rememorar, de recordar el pasado con sentido de futuro, de aprender de los aciertos y también de los errores. En síntesis, de abrir los ojos hacia un camino largamente recorrido por quienes nos precedieron. Nuestra mirada histórica no deberá ser nunca una mirada aséptica y sin compromisos, sino todo lo contrario.
El recuerdo del Combate Naval de Iquique reúne el interés de grandes y chicos. Actos heroicos y valores patrios sorprenden a los escolares. En Iquique, el desfile, los paseos a la Boya y al marinero desconocido, el asado familiar, el mar, el cerro imponente y los colores del cielo, concitan la atención de la familia en general .
Los retratos inmortalizarán la conmemoración que año a año se realiza de distintas formas en todos los establecimientos educacionales mi ciudad y del resto del país. Porque todos nosotros aprendimos que con la llegada del mes de mayo comienzan los preparativos del "Mes del Mar", que son la antesala para la celebración de las Glorias Navales, donde recordamos el gesto heroico de Arturo Prat. El 21 de mayo es un feriado que junto a Fiestas Patrias es uno de los más representativos de nuestro calendario. Durante su anticipada preparación, los colegiales se desviven recortando las imágenes de la Esmeralda, dibujando la bandera patria, imaginando la lucha del combate o recitando el clásico: "Al abordaje muchachos....".
En realidad, el 21 de mayo no es una fecha para celebrar, sino más bien para conmemorar a una de las más sangrientas batallas que la Armada de Chile habría de librar contra la Confederación Peruana-Boliviana en el marco de la Guerra del Pacífico. Aquella fue una de las pocas contiendas donde nuestro país se vio derrotado y en la que perdieron la vida 150 hombres. Es por ello que se trata de rememorar, de recordar el pasado con sentido de futuro, de aprender de los aciertos y también de los errores. En síntesis, de abrir los ojos hacia un camino largamente recorrido por quienes nos precedieron. Nuestra mirada histórica no deberá ser nunca una mirada aséptica y sin compromisos, sino todo lo contrario.
Hoy en el diario La Estrella de Iquique, en su editorial, aparece un artículo sobre el legado de Prat, que les transcribo a continuación:
"El legado de Prat
Hace 127 años, un día miércoles, el capitán Arturo Prat y su tripulación escribieron una de las páginas más bellas en la historia de nuestra nación.
Ese día, el oficial se enfrenta a fuerzas muy superiores y optó por dar batalla, sin rendirse pese a que su destino era inevitable.
Fue así, como Prat instruyó a sus hombres y planificó junto a Carlos Condell la estrategia del combate. Lo primero fue dividir las fuerzas de los poderosos blindados Independencia y Huáscar. Para ello, Condell enfiló hacia el sur y su habilidad como marinero y la experticia de sus fusileros le permitió repeler los ataques del capitán de navío Juan Guillermo Moore, quien en su afán por espolonear a la goleta termina encallando a la fragata blindada.
Mientras tanto, Prat hizo frente al Huáscar y logró maniobrar hasta ponerse en medio de la artillería del blindado y la existente en la costa, coartando así el poder de fuego y haciendo errar al enemigo.
Luego de horas de resistencia, el capitán Miguel Grau opta por espolonear a la Esmeralda, situación que esperaba Prat para abordarla. De hecho, el oficial chileno preparó partidas de abordaje y en el protocolo de combate de esa época estaba estipulado dicha acción, la cual Prat siguió al pie de la letra.
La misión de Prat era mantener el bloqueo de Iquique, pero hizo mucho más y demostró el valor que pueden tener las personas cuando son motivadas por un ideal.
La Covadonga y La Esmeralda eran los buques más viejos de la Marina de Guerra chilena de esa época. Sin embargo, tenían tripulaciones forjadas bajo una sólida instrucción y cuyo temple era de acero, como Uribe, Serrano, Hurtado, Riquelme, Wilson, Zegers, Guzmán, Segura, Fernández, Goñi, Hyatt, Mutilla, Manterola, Gutiérrez, Condell, Orella, Lynch, Videla y Cabrera, por nombrar sólo algunos.
El accionar de Prat debe servir de ejemplo para las nuevas generaciones, puesto que detrás de sus decisiones hubo inteligencia, sabiduría y corazón. En la medida que nuestra juventud comprenda la gesta de la rada de Iquique, podremos pensar en un Chile más justo y solidario.
Asimismo, el oponente de Grau también es un ejemplo a seguir, puesto que asumió su posición de victoria con hidalguía y educación, siendo deferente con los sobrevivientes y respetuoso con los caídos.
Prat y Grau se enfrentaron hace 127 años, pero sus nombres han perdurado en la historia porque fueron dignos de la responsabilidad que la fortuna puso sobre sus hombros. Por lo mismo, hay que buscar en ellos modelos a seguir y tratar, en la medida de lo posible, de igualar sus hazañas en materia de valores, al interior de nuestras familias, en las jornadas laborales y en el trato que nos debemos los unos a los otros."
Hace 127 años, un día miércoles, el capitán Arturo Prat y su tripulación escribieron una de las páginas más bellas en la historia de nuestra nación.
Ese día, el oficial se enfrenta a fuerzas muy superiores y optó por dar batalla, sin rendirse pese a que su destino era inevitable.
Fue así, como Prat instruyó a sus hombres y planificó junto a Carlos Condell la estrategia del combate. Lo primero fue dividir las fuerzas de los poderosos blindados Independencia y Huáscar. Para ello, Condell enfiló hacia el sur y su habilidad como marinero y la experticia de sus fusileros le permitió repeler los ataques del capitán de navío Juan Guillermo Moore, quien en su afán por espolonear a la goleta termina encallando a la fragata blindada.
Mientras tanto, Prat hizo frente al Huáscar y logró maniobrar hasta ponerse en medio de la artillería del blindado y la existente en la costa, coartando así el poder de fuego y haciendo errar al enemigo.
Luego de horas de resistencia, el capitán Miguel Grau opta por espolonear a la Esmeralda, situación que esperaba Prat para abordarla. De hecho, el oficial chileno preparó partidas de abordaje y en el protocolo de combate de esa época estaba estipulado dicha acción, la cual Prat siguió al pie de la letra.
La misión de Prat era mantener el bloqueo de Iquique, pero hizo mucho más y demostró el valor que pueden tener las personas cuando son motivadas por un ideal.
La Covadonga y La Esmeralda eran los buques más viejos de la Marina de Guerra chilena de esa época. Sin embargo, tenían tripulaciones forjadas bajo una sólida instrucción y cuyo temple era de acero, como Uribe, Serrano, Hurtado, Riquelme, Wilson, Zegers, Guzmán, Segura, Fernández, Goñi, Hyatt, Mutilla, Manterola, Gutiérrez, Condell, Orella, Lynch, Videla y Cabrera, por nombrar sólo algunos.
El accionar de Prat debe servir de ejemplo para las nuevas generaciones, puesto que detrás de sus decisiones hubo inteligencia, sabiduría y corazón. En la medida que nuestra juventud comprenda la gesta de la rada de Iquique, podremos pensar en un Chile más justo y solidario.
Asimismo, el oponente de Grau también es un ejemplo a seguir, puesto que asumió su posición de victoria con hidalguía y educación, siendo deferente con los sobrevivientes y respetuoso con los caídos.
Prat y Grau se enfrentaron hace 127 años, pero sus nombres han perdurado en la historia porque fueron dignos de la responsabilidad que la fortuna puso sobre sus hombros. Por lo mismo, hay que buscar en ellos modelos a seguir y tratar, en la medida de lo posible, de igualar sus hazañas en materia de valores, al interior de nuestras familias, en las jornadas laborales y en el trato que nos debemos los unos a los otros."
1 comentario:
Excellent, love it! »
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