martes, 27 de julio de 2010

Reflexión bicentenario


No puede haber real independencia si los resortes de la economía, fundamentalmente los recursos naturales y la fuerza de trabajo de un pueblo están al arbitrio de intereses ajenos a sus derechos soberanos


Lo que debiese estar en debate en el Chile del bicentenario y que en realidad es el dilema no resuelto de nuestra historia: Qué queremos ser: o un país semicolonial volcado al mercado externo, donde sólo acumulen riquezas los sectores asociados con el capitalismo extranjero a costas del saqueo de nuestros recursos naturales y explotación de nuestras fuerzas del trabajo, o un país con desarrollo autónomo, independiente y soberano, que industrializa sus materias primas, que promueve el consumo interno que a su vez impulsa el crecimiento industrial y que significa la redistribución de la riqueza total producida hacia el logro de la dignificación de las condiciones de vida de sus habitantes sin condicionamientos de ninguna naturaleza y desarrollo de la iniciativa privada en términos de solidaridad poniendo un límite ético a la renta del capital.

Tal vez no esté lejos el tiempo de la concreción del sueño de la Declaración de la emancipación política, económica, social y cultural en nuestro suelo y de la Patria. La esperanza es que como generación del Bicentenario no lo soñemos sino que nos atrevamos a realizarlo

Asimismo, no hay que olvidar que las venas de América Latina todavía están abiertas… Por ellas corre el petróleo y los minerales. Recursos naturales y energía, se van junto al trabajo y el sudor de miles de trabajadores, muchos de ellos flexibilizados, sin derechos sindicales…

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