Jóvenes y Política

Hace poco mi hijo Nicolas Ignacio con otros compañeros de su curso, 7º B (adaptada para esa edad por tanto, 12 años aprox.) del Colegio Humberstone, me pidieron que les respondiese unas preguntas para incorporarlas a una revista que tenían que elaborar, la temática Jóvenes y Política. Comparto con ustedes mis respuestas:

¿Qué piensa usted de la falta de interés de los jóvenes sobre la política?

Preocupante. No es sano para nuestra sociedad el distanciamiento y desencuentro de los jóvenes con la vida política. El país pierde mucho al tener a sus jóvenes ajenos al devenir democrático, puesto que son el futuro de todos. Los jóvenes contienen el germen de cualquier cambio social que se pretenda llevar a cabo, sin ellos esto no ocurrirá.

Otra cosa, es que hay muchos mayores que están felices con esto, porque de no cambiar sustancialmente el escenario seguirán gobernando ellos y las cosas se mantendrán iguales, que es lo que buscan. Hay cierta funcionalidad que los jóvenes no logran captar, pero que cuando se den cuenta estoy seguro que todo será distinto.

¿Por qué cree usted que ocurre esto?

Por la incapacidad que hemos tenido de construir un puente hacia ellos y darles una herramienta útil para su expresión en la sociedad chilena. Los partidos y sus juventudes no hemos tenido la capacidad para representar, atraer y comprometer a jóvenes que han cambiado en su manera de ser y de aproximarse a la política. La política no ha asumido las características de los nuevos ciudadanos y sus demandas, por lo que vive desadaptada y generalmente al margen de los movimientos que comprometen a los jóvenes, con una mirada muchas veces de incomprensión y prejuicio hacia una juventud que confía muy poco en los partidos pero que tiene gran vocación social, no carece de voluntad colectiva y se inquieta masivamente por temas particulares y globales. Los jóvenes han cambiado mucho más que las instituciones que buscan representarlos o responder a sus demandas.

¿Qué haría usted para que los jóvenes se interesaran mas en la política?

Lo primero es abrirse a dialogar con ellos, recogiendo sus reclamos y proposiciones, para transformándolas en una nueva propuesta para construir un nuevo futuro, atractivo y socialmente convocante. Hay que hacer un Pacto Con la Juventud que considere mejores oportunidades educacionales, laborales, culturales y de recreación, a cambio de un compromiso de mayor participación en el quehacer nacional.

Lo otro, es rejuvenecer la ciudadanía, estoy plenamente convencido que si queremos que la política sintonice con la gente es imprescindible detener el envejecimiento progresivo del padrón de electores, lo que se lograra con la incorporación automática. El ingreso de 2,2 millones de menores de 30 años como votantes potenciales obligara al conjunto del sistema político a renovarse y actualizar su oferta para buscar su adhesión, produciendo un positivo efecto sobre toda la política y los partidos.

Finalmente, el objetivo último debe de ser facilitar la capacidad de emancipación, la independencia real, y la igualdad de oportunidades de los jóvenes de este país. El libre desarrollo de la personalidad de cualquier individuo tiene como fundamento básico su independencia económica. Esto tenemos que resolverlo.